
Ahora que verdad y mentira se rebelan
como dos caras de una moneda
acuñada en el cretácico inferior.
Ahora que desenfreno es igual
al cisco salmodiando moralejas
a los dedos gordos de los pies.
Ahora que por fin se determinó
la distancia exacta entre el hombre
y su sombra. Ahora, ya era hora,
puedo dejar funcionando la cinta
andadora para que otros sigan buscando.