29 de diciembre de 2010

Romance entre andrajos.

Este amanecer moroso
de carne y alma,
de cunetas sin rastrojos,
de puños sin calma,
de fieras y piojos
saciados se sangrar,
sangrando despojos,
recogiendo babas,
aullidos tullidos de lobo,
tinta reseca de calamar.
Tétrica cosecha, estorbos
nacidos para derribar
las columnas de polvo,
los dientes y su concierto
de estallidos silenciosos,
la furia del pecho
extenuado, sin un soplo
de vida ni de muerte:
pecho abierto de muñeco roto
a este amanecer despierto,
escayolado, mudo y solo.
Enfrento la densa palidez,
la risa de los escombros,
el dolor que sube de los pies
y desgarra los hombros.
Escucho los llantos helados
de niños sin fondo,
de madres sin regazo,
de padres con pies de plomo,
de perros vientre de jaula:
ojos muertos y lacrimosos
buscan ristras de vida,
sólo hallan enojos.
En este desvelo de seres
que se roen unos a otros
huesos, semen y sonrisas;
pulpa, caricias sin escorzos.
En este espacio reducido
a suspiro de labios de ogro,
a batalla sin tregua,
sin paz, sin héroes, sin tronos.
En este caer interminable,
barruntan elefantes a coro
sobre las llagas abiertas,
bebo el despertar clamoroso
de los caminos enfurecidos,
cansados de arropar a los locos.
De los que huyen, huyo.
Por los que lloran, lloro.
De los muertos renazco
y grito por los silenciosos.
De este vivir intimidado
me alejo, me pierdo, me arrojo.

21 de diciembre de 2010

Hoy

(Hoy) puedo componer un grito
ayudado de todos los silencios
que un día desmenucé.

(Hoy) puedo hablar el idioma
de los hombres deslenguados.

(Hoy) quiero sostener en vilo
este solsticio agujereado.

(Hoy) que ya no pido
cuarenta grados al invierno,
aspiro al aire que olvidé.

14 de diciembre de 2010

Dar la espalda al dolor

No acabo de acostumbrarme
aséptico como soy
mírame y no me toques
a que la muerte me pise los talones
ni a medir las lágrimas por galones
ni a sufrir porque se me de bien

No entiendo, no puedo
acompasarme al latido irregular
a las heridas cerriles que no cierran
ni dejan olvidos perfumados
a los gritos abiertos en canal
pero dormidos con cloroformo
a la isla de leprosos encantados

No quiero quedarme si no me mienten
no quiero sufrir si no lo elijo

No acabo de acostumbrarme
a los retales de piel sin encallecer
por ahí asoma la muerte
y la muerte no existe

No quiero quedarme si no me mienten
no quiero dejar a la verdad entrar

No acabo de acostumbrarme
a esta naturaleza llamando a filas
a tener debajo de mis pies un camino
a notar los finales y las encrucijadas

No pienso quedarme si no me mienten
acostumbrarme a la cara arrugada del mundo
no pienso, con eso, suficiente.

9 de diciembre de 2010

Tierra


Hoy que hace sol mi sitio está en un parque entendiendo el borboteo de la tierra que tardará aun varios días en secarse, observando sus escamas fangosas de anaconda enfurruñada. Dan ganas de palpar la tierra después de un tiempo prolongado de lluvias. Plantar la mano abierta en el lomo resbaladizo del reptil y estampar luego su negativo en todos los muros.
La tierra quiere secarse y volver a su discurso de siempre, él que aprendiste a no tomar muy en serio, palabras de polvo y carencia. Como las advertencias de un padre: no llegues tarde, no bebas, no salgas, quédate aquí protegido y seguro.
Entonces ya sabías, niño aun, que el mundo y la voz de la tierra seca no tenía mucho que ofrecerte. Por eso salías para inventar la lluvia que lava la realidad, los parques, te mojabas por dentro con el esmoquin de adulto arrastrando. Con las costuras abiertas, salías a buscar anacondas entre la grama ahogada, a desollar pieles de fango y descubrir la carne que late debajo, carne que aparece sólo si la invocas, carne que es tu carne.
Hoy, después de un periodo de lluvias prolongado, sigues yendo debajo de la copa del ficus gigante, calamar monstruoso que sin embargo tiende sus tentáculos amables para que te sientes sobre ellos, inclines la cabeza y dejes gotear tus ideas. Sigues escuchando tu voz rebotada en los azulejos de los bancos, rumor de otras realidades.
Hoy sol que no seca, que no agrieta las palabras que inventan, después del bostezo, usando tus bocas y tu sangre, una tarde que no existía y que ahora se extiende ante ti, pidiendo ser completada.

6 de diciembre de 2010

Corrector de estilo on-line

Abochornado
pero contento
de los ojos paralelos a las letras
y sus enaguas.

Siento utilizar este espacio para mensajes en botellas teledirigidas. Pero es mi espacio como el dedal en pentagrama es el suyo, el del destinatario de esta broma, de este agradecimiento.

Para Theodore. Sastre y amigo.

Influenciable

Influenciable como estoy
me traspasa la postura oficial de las cosas
dejando grises las intenciones.
En silencio mi voz suena como la tuya:
un hato formato emepecinco.

Influenciable como estoy
olvido la savia del pino en mis dedos
infantiles, el corazón delator
en la prosa de tiralíneas,
no veo este desfilar la vida
sin conocer mi turno ni ver la hilera
de otros como yo, corazón de arcilla
sin horno que solidifique un criterio.

1 de diciembre de 2010

Veo. Busco.

Veo
que nadie anda si no persigue zanahorias
no hablan con palabras
y usan sucedáneos que callan
en cuanto empiezan a significar

Veo
que el oso perdió sus razones para invernar
que los niños ya no quieren noria
los padres ya no quieren hijos
y sólo los viudos siguen buscando novia

Veo
ausencia de emoción en ojos y bocas
manos que no tocan
luces que no alumbran
lumbre que no calienta
y calor que no reconforta

Veo
pasos dibujando cuadrículas perfectas en la acera
olvidos con antojos de embarazada.

Busco la ceguera
la inocente ignorancia
destapar con las manos desnudas
el vapor de la sorpresa hirviente
quemarme los gestos impostores
la lengua altanera
las maneras de estar sin ser
esquinas en el horizonte
el silencio para envolver
la osadía de ser hombre

30 de noviembre de 2010

Tres perros y un destino

El chiste del moreliano, el murciano y el sevillano.

Se reúnen los silencios
para decirse separados
en un salón de humo
invadiéndose las mentiras.

Uno ronca truenos,
otro aviolina jamones,
y yo sólo bebo.

Los silencios alimentan,
diplomáticos, al país
enfocado por su ironía
mullida y deseada.

Un Livingstone supongo
de paso, de vuelta, apasionado.
Un Huckleberry río arriba,
pecho esclarecido y arrasado.
Un Horla críacuervos
y te sacarán lo inesperado.

Silencios elocuentes
entre afanes y espinas,
planes y cielos abiertos
sin minas. Dos espasmos
de genialidad espoheráldica,
de escudos de espuma;
una trinidad en suma:
mis excusas sabáticas
y sus contextos dispersos.

Para Negrete y Fermín.

25 de noviembre de 2010

Sin título

En esta ciudad desotoñada
los naranjos doblan las ramas
sobre fondo cielo, plomo y nubes.

En esta ciudad rasgada
falta la sangre en las copas:
hambre en el enjambre de bocas.

En este habitar sesgado
obtiene a disgusto una porción
insuficiente de calma;

aquí mordisquea el ahora,
correoso como carne vieja,
aquí imagina mañana
una revolución a medida.

En esta ciudad, este cuerpo,
sin hojas rojas, discurre
realidad abajo, sin conclusión
válida para quejas apocopadas.

24 de noviembre de 2010

Distancia

nuestra distancia comenzó
cuando gritaste palabras construidas para ser susurros

distancia
predecible y coja
acercándose mientras me tapo con el calendario

comenzó
como una grabación reproducida de noche bajo mi almohada

continuó
alimentándose de la ceguera de mis dedos seniles

terminó
contigo llamando para advertirme de tus ganas de morir.

distancia
dulce con pata de palo
parada frente a tu alegría apenas disimulada

11 de noviembre de 2010

Sexualidad de los esqueletos

La espiritualidad está sobrevalorada.
Mi alma no tiene labios ni lengua,
la tuya brilla mucho pero carece de orejas.
Así que si mi alma no habla
y la tuya no se entera
para qué queremos querernos etéreos
si esta tu cama o las aceras
para destrozarnos chocando los huesos.

19 de octubre de 2010

Mediocridad

Entendí mal. La mediocridad de los hombres no reside en la falta de empuje para perseguir metas. Entendí mal y me desperté persiguiendo guepardos, perseverando en acelerar, en correr más que el más veloz de los animales: la idea que asumimos de nosotros mismos.

Entendí mal. La mediocridad no se mide según los niveles alcanzados. Entendí mal y acabé adornando ciudades crueles con flores de plástico, tapando el podium con enredaderas para que nadie se percatara de la ausencia de mi campeón.

Entendí mal o no quise enterarme. Pero no es posible correr toda una existencia ni gastar más en adornos que en verdad. Mediocre el hombre que va en línea recta, el que deja de serlo para morir siendo una carrera inacabada. Mediocre yo por intercambiar bilis y recibir migajas de éxito.

Así que ya no escucho a mi entendimiento, no me apresuro para llegar a sitios lúgubres ni tapo las grietas de mis edificios derrumbados. Ahora sólo temo al olvido y a los guepardos que salen disparados al verme cuando paseo después de cada terremoto.

24 de agosto de 2010

Cajas

quererte a lo Diógenes
rellenar objetos
patíbulo en la espalda
sudor congelado
fui el miembro fantasma
objetos punzantes
las adelfas de la mediana
el cambio automático
el plus del taxi por nocturnidad
objetos cebados
de partidas de cartas
de manteles de papel
de psicoterapia
entre tu esternón y el calendario
teatro con cervezas
dentelladas en el receso
quererte a lo Diógenes
como éramos
capaces de engañar al mundo
arrinconado en la última balda
lacrado de sombra
latiendo sobre la voluntad
las cajas amordazadas

Para Chá

6 de agosto de 2010

Desubicado.

Me pica algo de piel hacia dentro, una comezón de arterias desubicadas que mandan la sangre que el corazón bombea con pasmosa aleatoriedad siempre a destinos equivocados. Así la sangre de mis manos, destinada en origen al cerebro, hace que toque con sabia y despistada curiosidad asuntos importantes que olvido al instante y de los que apenas queda una marca inapreciable, restos de agua helada doliendo en la yema de los dedos. Esas señales difusas cobrarán sentido cuando mi cerebro sobresaltado beba el acierto casual en el suministro de sangre de un corazón por una vez atinado.

Soy un hombre confundido y encerrado, que añora el mar cuando observa sus uñas crecidas y los mostradores de pescado en el mercado. Un hombre acostumbrado a insultar a la inercia pero incapaz de retarla.

No estoy en el lugar al que pertenezco.

17 de julio de 2010

Vías

Ahora sé por que de niño me gustaba jugar en las vías, profusión de piedras, excitación al levantarlas una a una sin saber que había debajo. He tenido que hacerme mayor y borroso para saber de la preferencia de lo bello por dormitar debajo de las piedras, como los escorpiones.

Pero soterraron la vía y tampoco, de no haber desaparecido, tendría ya mucho sentido jugar allí pues ninguno de esos niños que iba conmigo entonces hoy existe y porque olvidé como se juega.

Hoy sigo buscando lo bello, pero las rocas de ahora, tan pesadas, ya no quieren ser levantadas, ya no hay magia ni sorpresa, lo sencillo ha sido pervertido y todo se dobla y se carga de mente. Hoy instalado en la incoherencia de situarse en dos tiempos distintos: el hacer y el conocer.

De niño no podía evitar buscar, sin un objetivo claro, curiosidad desbordada y tardes enteras esquivando trenes, saludando rostros tras cristales, acuclillado, las rodillas obedientes trabajando sin ninguna queja.

De mayor sé lo que busco pero me doy cuenta de que mi cuerpo no conserva memoria de los movimientos necesarios. El cuerpo manifestándose bajo la batuta del crujir de rodillas.

13 de julio de 2010

Tríptico atragantado

DISPEPSIA

Una habitación conocida,
rutinas sin bicarbonato,
repite el ajo de los días
servidos en el mismo plato.

---

Hay un hombre sin apetito comiendo de mi mano las sobras de otros hombres sobrealimentados.

---

Por la boca come,
por la boca calla,
grita, suspira, habla,
roe, maldice y dispone
caretas, tretas y vapores
para ocultar sus palabras.

30 de junio de 2010

Hilos

Descubrí los hilos
atados a las muñecas,
dejé de confiar en las manos
como buenas herramientas.
Pensé en amputarlas,
donarlas, dicté sentencia
de extradición; que las adopte
quien para algo las quiera.
Descubrí los hilos,
renegué del gesto más humano:
dedos cerrados sobre objetos,
atenazando ideas, diana
de una voluntad en serie.
Hilos atándome al ciclo
de la existencia sencilla,
a un hombre confiado,
constructor de andamios,
seguidor de inercias.
Hilos a prueba de dientes,
manos aún funcionando,
extrañeza de ser uno solo
el que tira y el desplazado.

19 de junio de 2010

Tiraste

tiraste
conversaciones sobre nada
del hilo
miradas prudentes
se abrieron las costuras
sobrevino el silencio
envoltorio de la sorpresa
y dejamos de ser predecibles
segundos antes de mezclarnos

8 de junio de 2010

Adolescencia.

Siempre quiero volver a la adolescencia. Imposible. Entonces observo, para sustituir el deseo, a los que andan zarandeados por las calles, a los que llevan la erección en la mirada, la confusión pintada en los gestos, la tinta de la distorsión penetrando en el cerebro: el engaño del querer es poder.

Observo como rechazan la vida por impura, por fea, condenados a aferrarse a los latigazos de belleza que logran hurtar entre los resquicios del camino pautado. Todo lo demás es consumido por la mandíbula de la inercia, por el personaje escrito y oculto, como una maldición, en el corazón de miga del pan bajo el brazo.

Siempre quiero volver atrás. Imposible. Ya estoy predigerido, la carne reblandecida, lista para ser consumida, predispuesta a consumirse.

27 de mayo de 2010

Pulp Ripio

Quise morir joven
como el replicante
copiloto de James Dean.

Acabé eternizado,
suplicante y conformado
con las obras completas de K.Dick.

21 de mayo de 2010

Sin mi ironía

Sin mi ironía
ya me habría deshidratado.
Tengo la costumbre de llorar
sin haber mirado,
llorar de oídas
y penar con anticipo.
Por eso este mirar de soslayo,
y mis propias categorías:
porque si miro me canso.

5 de mayo de 2010

Después de leer a Manuel Alcántara. Las palabras

Las palabras me llevan a la tristeza siempre.
Las acciones a la confusión.
El silencio me calma.

Entonces regreso a las palabras
algo más perdido.
Más dispuesto a ignorarlas
escucho el chamuscado suspiro
de los labios cuando callan.

Primer verso: Las palabras. Manuel Alcántara (Antología Personal. Ed. Almuzara).

27 de abril de 2010

Mientras duermo todo sucede:
los mediocres se doctoran cum laude,
los deformes dejan de salir rana,
los falsos afilan sus falacias,
los hambrientos comen langosta
y los insomnes descansan.
Mientras duermo congelado
acontece el reparto del pastel
sólo para bocas espabiladas.

22 de abril de 2010

Si sueño con hacer
amanezco hundido hasta las rodillas
en el fango impecable de lo cotidiano.

Así que hago para no soñar,
hago para no tener que dormir,
hago para espantar lo que no hice.

Si sueño, me clavo
frente a la extrañeza
de no estar vivo.

17 de abril de 2010

¿Quién es ese hombre?

“ Y hay un hombre de pie sobre mis huellas”
M. Alcántara.
Esperando la voz del dios
agarrotado en su regazo,
acuchillando retazos
de furia empeñada
en ser al menos hombre.
Se esconde y deja extrañas
las palabras y un débil golpe
de puño sobre agua mansa.

13 de abril de 2010

Tu voz me empuja

Tu voz me empuja al suicidio.
No por ominosa y lúgubre,
húmeda, oscura y oxidada;
no por sonar siempre triste
sino por estar vacía:
por no querer decir nada.

7 de abril de 2010

Diminutos gestos

Diminutos gestos.
Diminuta estancia.
Diminutas horas para llenar
de abotargado deseo.

Tan cortas tus palabras
como profunda la sonrisa
cicatrizada en este recuerdo
amable, traidor de la verdad
última de dos cuerpos diminutos
condenados a parir distancias.

Diminuto, encogido, seco
el posible tú, el quizás yo,
la voz, resorte del tedio.
El trueno pedigüeño extendido
entre mi famélica fe
y tu respetuoso egoísmo.

Diminutos los dos
hasta acabar siendo sin rumbo
amortajados por los errores
que no quisimos permitirnos.

25 de marzo de 2010

Flor de tomillo


Diminutos gestos:
flor de tomillo.
Hueles a promesa posible.
Tocas la arisca ladera
coronada de miedo viejo.

Flor de tomillo,
tus palabras casuales
ablandan el pecho de la roca,
dejándolo todo duda y brotes
tanteando el vacío.

Flor de tomillo
la presencia de brazos mullidos,
incitantes, puliendo una verdad
capaz de allanar
el más estudiado destierro.

23 de marzo de 2010

Lengua en mano

Adoro regresar, ya inocente, para asesinarte
lengua en mano.

La inútil huida,
esa carrera abocada al traspiés,
al labio roto,
a la súplica de tu brazos espantándome.

Lengua en mano,
te arrodillas y me ofreces la nuca.

Lengua en mano,
te asesto un beso
y me siento a oler como te evaporas.

23 de febrero de 2010

Diferentes estados

Me hice difuso,
borrosas mis estancias
y fallidos mis abrazos.

Me hice cobarde,
hermano del susurro
y de las ojeras.

Me hice atasco,
opresiva aglomeración
de verbo descarnado.

Me hice tirano,
sometiendo mi imperio
a una tenue inminencia.

Me hice silencio
y futuro cataclismo
de trenes acercándose.

Me convertí en cuchillo
para el sacrificio,
en caricia contenida,
en un agónico ultimátum,
en bandera blanca y muda,
me convertí en lamento
para poder soportarme.

28 de enero de 2010

expurgo todos los alrededores
quedo con la voz
el bosque no existe
rescoldos discretos sin humo
la historia bajo la tierra arrasada
brota fluye empapa
ahoga libera
la impaciencia del verso

21 de enero de 2010

Escancio futuro

Escancio futuro.
Huele añejo.
Vino pasado en el odre,
bebo
y se agolpa bajo la voz
otra voz, imperativa y circular:
palabras secándose en el balcón
sobre la espalda del tiempo.