Abajo, en la plaza,
los chicos sin pisar su casa,
del instituto a la litrona.
La luz amarillea y crea
ilusión de torsos más morenos,
de futuros descansando,
de deseos atemperados.
Sin prismáticos
rapaz bocado de mis ojos
a las otras flores de la primavera.
La luz amarillea
y tengo que ducharme,
desprenderme del encierro
y salir,
sin pasar por esa plaza,
a buscar en otras bocas
piezas para mi cataclismo
mientras reconstruyo el hambre
sin enjaularlo.
Para Fermín.