Esta
tarde he estado repasando contenidos del blog y me he topado con mi
serie de relatos muy cortos reunidos bajo el título de Diccionario
del Diablo que creo merecen ser recuperados. Además mi intención es
seguir escribiendo más textos para esta serie.
Originariamente
se publicaban en mi anterior espacio, Papiroflexia Inversa, pero una
vez cerrado este voy, poco a poco, extrayendo de allí algunas cosas.
Los
textos de Diccionario del Diablo van siempre encabezados con una
definición sacada del libro del que he copiado descaradamente el
título, obra del genial Ambrose “Bitter” Bierce, que me presta
su cinismo para inspirarme. Qué les guste!
Sin
más preámbulos os dejo con el que es mi favorito de la serie.
HOMICIDIO,
s. Asesinato de un ser humano, cometido por otro ser humano. Hay
cuatro clases de homicidio: el alevoso, el excusable, el
justificable, y el que merece elogios; pero para las víctimas no
tiene mayor importancia ser objeto de uno o de otro; la distinción
existe solamente en beneficio de los abogados.
Alevosía.
Pueblo
que se cree ubicado en algún lugar de la vega del Guadalquivir. Cuna
de los más sibilinos asesinos. Suelen firmar sus obras al estilo
psicópata (en el pueblo sólo hay un cine donde se proyecta en
sesión continua el Silencio de los Corderos) con una aceituna
gordales encajada en el ombligo de la víctima. Los profesionales
educados allí están muy demandados en casos de divorcio, ajustes de
cuentas y limpieza manual de cuberterías de plata.
Excusas.
Perdone
caballero pero he venido a matarle. Quién lo manda. Lo siento no
puedo decirlo. Bueno, en ese caso proceda, esto duele verdad? Lo
siento pero sí, en el albarán lo pone bien claro: infligir dolor
extremo a la víctima. Bueno, hombre bueno, pues nada usted está
haciendo su trabajo. Gracias por entenderlo, perdone pero debo
empezar arrancándole los dientes. Me permitirá entonces que al
menos cene antes verdad. Lo siento, las órdenes son claras, debo
hacerlo sufrir mucho en poco tiempo, además tengo apuntado en el
estudio previo que su mujer suele llegar de sus clases de PP a las
nueve y mire que hora es. Clases de PP, eso que es? Caballero acaso
no sabe que su esposa practica tres veces por semana padelpilates. Ni
idea yo sólo creía que iba por ahí a tomarse algo con sus amigas.
Pues no, pero debo pedirle que se calle por ahora, se nos hace tarde.
Se le hará tarde a usted, ni que cobrara por horas, tenga en cuenta
que esta conversación es mi última conversación así que es normal
que la alargue todo lo que pueda. Comprendo, por favor el armario. El
armario? Sí, necesito ropa blanca para que el efecto sea más
dramático, también lo pone en el albarán. Bueno, si lo dice el
albarán, suba usted las escaleras y la primera puerta a la izquierda
es el vestidor. Gracias, no se vaya. Por quién me toma, jamás me
gustó eludir nada, pero intente coger algo favorecedor, es que he
engordado algo últimamente, sabe. Como usted prefiera. Gracias
hombre es usted un gran profesional. Lo intento. Disculpe un momento
entonces, la primera a la izquierda me dijo verdad. Eso es. Estoy con
usted en un minuto. Aquí le espero, por cierto, dígale a mi mujer
que al menos la próxima vez a la hora de poner el concepto de la
transferencia no ser tan explícita. Como dice, no le escucho desde
aquí arriba, espere que ya bajo, qué le parece este pantalón de
lino y esta camisa de mangas cortas. Hombre si me baja usted el
panamá de mi padre pues quedaría todo como mejor; le comentaba que
le diga a mi mujer que sea más cuidadosa, que esta mañana ha
llegado el extracto de operaciones y daba mucho el cante que el
asunto de la transferencia con sus honorarios fuera: adelanto por
matar al huevazos de mi marido. Conste que yo lo digo por ella. Un
poco burra si que es su señora la verdad. Bueno, voy a por el
sombrero y empezamos. Como no, no quiero robarle más tiempo.
Justificación.
Yo
no he sido. Pero si tiene la cabeza en la mano, cómo que usted no ha
sido. Yo no he sido. Señora ha sido vista por tres testigos, vamos
con decirle que la cosa ha sido tan evidente que ha sido su pastor
afgano el que ha dejado atrás sus remilgos y ha venido él mismo a
comisaría para denunciarla. Yo no he sido. Y dale, muy bien, usted
no ha sido, entonces me quiere decir que diablos ha pasado aquí para
que haya un cuerpo descabezado con los pantalones por el tobillo en
el cuarto de baño y que la cabeza que falta esté en estos momentos
en su regazo; por favor deje de acariciarle el pelo. Es que era tan
guapo, pero yo no he sido. Muy bien, lo que usted diga, anda tire
para comisaría y en el camino reflexiona. Yo no he sido, pero quería
hacerle una pregunta señor agente. Dispare, aunque cualquiera se
atreve a decirle semejante cosa señora con la que ha organizado,
bueno dígame. Cómo se pone usted cuando va a hacer de vientre en la
comisaría y se encuentra caminillo en el váter. Pues digamos que me
entran ganas de matar al cerdo que no ha usado la escobilla. Ahí
quería yo llegar señor agente, es que lo de este hombre eran
autovías.
Elogio.
De
dónde es usted.
De
Alevosía.
Se
nota, se nota. Un trabajo impecable. Ya lo dice el refrán si quieres
Jamones a Jabugo y a Alevosía si buscas el mejor verdugo.
Hombre
gracias.
No
hombre, gracias a usted, un servicio excelente.
Pues
se trata de mi primera vez.
Quién
lo diría, parece el trabajo de un maestro.
Calle
que me ruborizo.
Está
libre la semana que viene?
Sí,
supongo que sí.
Pásese
por aquí el miércoles, un momento, no, el jueves, mire esta es la
persona a la que tiene que liquidar.
Pero
si es usted.
Sí,
es que me conozco y esto de contratar sicarios seguro que me da un
remordimiento horrible. Por cierto donde compra esas aceitunas, están
deliciosas.
Las
traigo del pueblo. Le dejo un bote. Bueno hasta el jueves.
Vaya
usted con Dios.
Recordad que el resto de relatos pertenecientes a esta serie los podéis encontrar pinchando el link bajo la imagen.